El E-621 o Glutamato Monosódico es un potenciador de sabor demasiado utilizado en la industria alimentaria convencional.
Se trata de una sal (sal sódica) presente en la naturaleza en diferentes verduras (setas,tomates), proteínas (carnes y pescados) e incluso en la leche materna. Se trata de un aminoácido No esencial, esto quiere decir que puede ser sintetizado por nuestro organismo.

El glutamato monosódico es un aminoácido que interviene en diversas funciones neuroendocrinas como por ejemplo regular  las sensaciones de apetito y saciedad.  Se utiliza como condimento y entre sus propiedades destaca como estimulante de los receptores específicos de la lengua  produciendo un gusto esencial llamado «umami» ( «gusto sabroso» ) en japonés.

Se produce a través de la fermentación de alimentos como la salsa de soja, yogurt, melazas de caña de azúcar o cereales pero el método más utilizado para su fabricación en grandes cantidades es mediante fermentación de azúcares residuales provenientes de la industria alimentaria.

La polémica de este aditivo viene por los posibles efectos perjudiciales. Por un lado encontramos indicaciones que señalan el glutamato como componente seguro para la población por el hecho de no encontrar evidencias científicas que lo relacionen con diversas dolencias que se le atribuyen como dolores de cabeza, nauseas u otros problemas neurológicos. Ni tan si quiera encontramos limitaciones en el consumo por cantidades o grupos de población.

En el otro lado tenemos, entre otros, al Dr. Kwok el cual habla del «sindrome del restaurante chino» , mencionando este potenciador de sabor como causante de los síntomas anteriores… así como advertencias en su consumo adicional en lactantes y niños pequeños.  Investigaciones más recientes realizadas en la Universidad Complutense de Madrid por Jesús Fernández-Tresguerres, director del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina, sugieren que la ingesta de alimentos que contienen enormes cantidades de glutamato monosódico despiertan el hambre y la voracidad por su intervención en funciones neuroendocrinas y neurotransmisoras.

Personalmente veo otro caso evidente de intereses por parte de la industria alimentaria lo cual nos lleva una vez más a dejar nuestra salud al margen de los intereses económicos.

Sin entrar en polémicas o debates de quién tiene razón o no podemos simplemente mantenernos al margen pensando que éste tipo de aditivos no son necesarios ni aportan ningún tipo de beneficio, por lo tanto la recomendación es sencilla: evitar los potenciadores de sabor.

Sin embargo esto no es tarea fácil, si nos damos un paseo por ejemplo por Mercadona podemos encontrar un montón de productos con éste aditivo (y lo más triste es que muchos de estos alimentos están enfocados al público infantil) . Toda la alimentación instantánea (sobres de caldos, salsas, cremas), la mayoria de snacks de la marca Hacendado (sólo se salvan las patatas clásicas), todos los patés!! (Casa Tarradellas- Hacendado, La piara … ) , pizzas,  Jamón de York y fiambres (todos los de la marca Hacendado) , incluso los gusanitos o ganchitos que damos a nuestros hijos (Hacendado, Risi – en su web indican los ingredientes pero se olvidan que en la bolsa pone E621- , Pegui) . Si nos fijamos bien en el etiquetado vemos que otras marcas no lo tienen , por ejemplo en el jamón york marca Noel , gusanitos marca aspil

Por supuesto que no encontrarás este aditivo en ningún producto elaborado a base de ingredientes ecológicos.

Ya que hacen de nosotros como consumidor lo que quieren, en nuestras manos al menos está el elegir entre un determinado fabricante u otro … ,  al igual que denunciar el uso de estas sustancias para exigir que eviten que se fabriquen más productos con E621. No te quedes parado y actúa!