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Desde esta página hemos hecho eco en varios post con las ventajas de este tipo de bombillas y el ahorro energético que supone su utilización con el consecuente descenso de emisiones CO2 que conlleva. Pues bien, no pretendo alarmar, pero después de leer varios artículos sobre las bombillas de bajo consumo me quedo perplejo de los efectos nocivos que pueden generarnos, hasta tal punto de pensar si debo seguir comprando este tipo de bombillas.

Las bombillas de bajo consumo contienen mercurio (entre 3-5 miligramos por bombilla). En un principio esta cantidad es muy pequeña y no hay que preocuparse – según indican varios especialistas- . Simplemente se trataría de llevar estas bombillas a los puntos de reciclaje o recogida selectiva y nunca tirar al cubo de la basura normal por supuesto. Todo esto en el caso que no se rompan, si se llega a romper una bombilla, cosa habitual (a quién no se le ha caido al suelo una bombilla convencional) con lo cual puede ocasionar riesgos (problemas neurológicos y renales irreversibles) por las particulas de polvo de mercurio emitidas al ambiente, sobre todo en niños y personas hipersensibles.

De hecho algunas de las normas en caso de rotura por parte de  Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos son:

– Ventilar la habitación dónde se produzca la rotura y abandonar ésta al menos durante 15 minutos

– Apagar los sistemas de calefacción- aire acondicionado

– Limpieza exhaustiva de ropa, ropa de cama u otros materiales expuestos

– Eliminación de la bombilla rota introduciéndola en envases de vidrio bien tapados.

En cuanto a la cantidad de mercurio, estamos en la misma situación que por ejemplo las pilas o cualquier otro elemento de reciclaje , cuál es el porcentaje de reciclado de estos materiales ? , cuanta gente las seguirá tirando a la basura convencional ? . No es peligroso – nos anuncian – , sin embargo una sola bombilla puede llegar a contaminar 190.000 litros de agua.

Además de todo esto, un añadido más. Estas bombillas generan emisiones radioelectricas muy elevadas (2V/m hasta 180V/m)  comparadas con las bombillas convencionales (nulas) con lo cual estar expuestos de forma continúa y a corta distancia (20-40cm) en casos aislados puede provocar dolores musculares y articulares, náuseas, trastornos de sueño, problemas respiratorios, ansiedad, neurodegenerativos y vasculares (incluso cáncer).

Más aún… se dice que las lámparas de bajo consumo, en hogares – dónde el encendido y apagado es mayor- el rendimiento de estas bombillas disminuye al igual que el porcentaje de ahorro energético – con lo cual el ahorro económico es menor que el anunciado – .

Con todo esto, vale la pena sustituir las bombillas de nuestros hogares por estas otras ? , cuantos euros nos ahorramos realmente ?

Esta claro que el fin de estas bombillas es consumir menos energía y desde el ministerio de Industria se está promoviendo con una fuerte campaña informativa la cual carece precisamente de esto – información- . Considero que todos deberíamos estar al corriente de estos datos e inculcar de la misma forma tanto a la compra como al reciclado de las mismas.

En lugar de emplear tanto dinero en estas acciones porque no se investiga o se promueve otro tipo de alternativas que no dañen nuestro medio ambiente … según parece los LED (Diodo emisor de luz) tiene todas las papeletas de ser las bombillas a utilizar en el futuro. Los LED tienen una vida útil de 100.000 horas  (frente a 6000-15000 del CFL) y libres de cualquier sustancia tóxica, radiaciones etc… (incluso se pueden fabricar con elementos altamente biodegradables) , con un ahorro muchisimo mayor a las bombillas de bajo consumo (hasta un 85% frente a las convencionales). Único inconveniente, el precio (puede ser entre 3 y 6 veces mayor que una de bajo consumo) aún asi a dia de hoy,  se amortizan en todos los aspectos.

Fuente: Discovery Salud (Francisco San Martin)